- Porque esta ciudad, como todas las ciudades, no dice su pasado pero lo contiene como las líneas de una mano -

mayo 12, 2007

TEATRO NACIONAL CERVANTES

Una joya arquitectónica






Por estos días, muchos hablan en relación a este bello edificio ubicado en la esquina de Av. Córdoba y Libertad; pero muy pocos, quizás, sepan cual es su historia …

Fue un matrimonio español, Don Fernando Díaz de Mendoza y Doña María Guerrero, actores de raza, quienes, en 1918, concibieron la idea de construir un teatro en estas tierras, por las que sentían un profundo afecto.

Adquirieron un terreno particular y contrataron para edificarlo a los Arqs. Aranda y Repetto; en el proyecto, colaborarían, además, artistas y amigos acaudalados.

De estilo renacentista español, su fachada es réplica de la Rectoría de la Universidad y Colegio de Alcalá de Henares, principal centro del humanismo de España, creado en el siglo XVI; mientras que la balaustrada de los palcos, reproduce la reja de la Casa Consistorial de Salamanca.



Sus materiales, íntegramente traídos de España, fueron el aporte de muchas ciudades de la península; Sevilla: las rejas, herrajes, bancas y espejos; Barcelona: la pintura para los frescos del techo; Valencia: los azulejos y damascos; Tarragona: las losetas rojas del piso; Lucerna: candiles, lámparas y faroles; Madrid: los tapices, cortinados y el “telón de boca” (que fue confeccionado por la Real Fábrica de Tapices en damasco morado y que lucía en su centro, bordado en oro, el escudo de Buenos Aires otorgado por Garay).

Incluso el propio rey Alfonso XIII, ordenó que todo buque que estuviera destinado a este puerto, transportara los elementos que el teatro requería, tal era la emoción que el proyecto despertaba hasta en la mismísima corte.
En total fueron unas 700 personas, entre artistas y obreros, que llevaron a cabo la empresa.

Debido al enorme gasto que insumió la obra, no pudo ser afrontado por el matrimonio Guerrero-Mendoza y sus amigos, por lo que, por orden del entonces Presidente de la Nación Don Marcelo Torcuato de Alvear, fue adquirido en subasta y pasó a formar parte del patrimonio nacional; designándoselo como “Cervantes”, en homenaje al “Príncipe del habla castellana” (María Guerrero se opuso a que llevara su propio nombre).
La temporada inauguró el 5 de Septiembre de 1921, con la obra de Lope de Vega, “La Niña Boba” .

En 1933, se dispuso por Ley, la creación del “Teatro Nacional de Comedias”, señalándoselo para tal fin; así abrió con la obra “Locos de Verano” de Gregorio de Laferrere en 1936.

En 1950 fue instituida “La Comedia Argentina”, más tarde, la “Comedia Nacional Argentina”.

Durante 1961, un incendio destruyó parte de una edificación secundaria sobre Av. Córdoba. Comenzó entonces una remodelación, a cargo del estudio de Mario R. Alvarez y Asociados, que duró hasta 1968.

Con ella se lo modernizó y se le agregó el anexo de 17 pisos donde se integran talleres y camerinos.

Es sobre este sector que se encuentra la imagen, que encargara la propia María Guerrero a España, de “Nuestra Señora de las Nieves”, co-patrona de Buenos Aires, realizada en azulejos y cuya leyenda reza: “A nuestra Señora de Nieva especial defensora de rayos y centellas”.

En 1971, se lo reinaugura con la misma obra de Lope de Vega, “La Niña Boba”, y con un nuevo telón de boca, (el original se perdió durante el siniestro), realizado por las Hermanas Adoratrices en terciopelo rojo y con hilos de seda y oro; el motivo central, el escudo de la ciudad.
El edificio cuenta con Escuela-Instituto para estudios de teatro, Museo, Archivo y Biblioteca.

Una reflexión ...

A pesar que la Ley Nacional 14.800 de 1959, “prohíbe la demolición de los teatros existentes, salvo que se levante otro con igual capacidad y en el mismo sitio”, ya no existen:

Teatro Odeón

Construido por iniciativa de Don Emilio Bieckert (el dueño de la cervecería del mismo nombre) en la mítica esquina de Av. Corrientes y Esmeralda hacia fines del siglo XIX; supo ser uno de los más importantes de la ciudad. Destinado a público culto, no sólo actuaron importantes compañías dramáticas provenientes de Europa, sino que se realizaron conciertos y conferencias; en Julio de 1896, tuvo lugar la primera proyección de cine en Argentina.
Fue demolido en 1991, y su lugar lo ocupa un enorme estacionamiento.

Teatro Apolo – Av. Corrientes 1388

Del año 1892, era el más antiguo de Av. Corrientes, después del Politeama. Se dedicó especialmente a la representación de obras de autores nacionales y en su escenario se lucieron los Podestá, famosa familia de actores.
La amenaza de su demolición movilizó a la opinión pública, que logró que se promulgue la antedicha ley, aunque no fue respetada completamente; en su lugar se encuentra la Galería Apolo y dentro, el cine (hoy teatro) Lorange.

Otros que se perdieron … (aunque no teníamos Ley…)

Teatro Politeama Argentino – Av. Corrientes 1490

De 1879, supo ser el mejor teatro de la ciudad en sus primeros años. En él actuaron célebres actrices como Eleonora Duse, que se presentó en 1885 con las obras “Casa de Muñecas” y “La Dama de las Camelias” y Sara Bernhardt, al año siguiente con “Fedra”. Fue destruido para levantar un edificio que, hasta la fecha, no se concretó.
(Al lado del Teatro funcionaba el “Café Politeama”, luego confitería que, lamentablemente, también desapareció, dando lugar a un Maxikiosco)

Teatro Buenos Aires – Av. Corrientes 1753

A principios de los ’70, fue transformado en el Cine -Teatro Alfil.
Fue la sala dónde, por última vez, actuó en Buenos Aires, el inolvidable cómico Alberto “el Negro” Olmedo; (un monumento lo recuerda en la vereda); hoy es una disquería.

No quiero dejar de mencionar el legendario “Cine Real”, (a metros del Teatro Maipo), sobre Esmeralda. En esta pequeña sala fue exhibida la primera película sonora argentina: “Tango” de 1933.
Fue convertido en garage en 1998; triste destino para un lugar que numerosos adultos recuerdan por haber disfrutado, de chicos, de sus proyecciones de dibujitos animados...

Y la lista podría seguir…

Tantas salas de cine y/o teatro, no solo del centro, sino de cada barrio, que se han desvanecido para siempre o han sido transformadas, penosamente, en algo irreconocible…

Por una vez, modifiquemos algo tan propio de los argentinos… echar por tierra, sin contemplaciones, para luego lamentarnos amargamente sobre las ruinas …



4 comentarios:

Pablo Gorlero dijo...

Excelente artículo. De colección. Abrazo

DG dijo...

Hola Pablo!

Muchísimas gracias por dejar una mirada y por el halago!
Un beso

Unknown dijo...

¡Qué maravilla de para la nostalgia y también para la memoria y la identidad, que son dos caras de una misma y bellamente necesaria monedad, ¿verdad?
Vivo en Múnich, Alemania, hace unos meses y por unos años. Escribo un documental acerca d ela vida de un músico que estrenó una ópera en el Teatro Politeama allá por 1905, pero en Bs.As., nadie supo darme ninguna orientación acerca de dónde, en qué libros, en fin en qué material bibliográfico, cualquiera sea, o en qué biblioteca encontrar datos fehacientes del Politeama y sus repertorios.
¿Es una molestia pedirte/le una manos para no darme por vencido?
Sin más, te/le mando un abrazo sincero desde Múnich.

DG dijo...

Hola Diego!

Gracias por mirar y comentar!

En cuanto a tu pedido, no es
ninguna molestia, veré si tengo algo que pueda ayudarte.

Sí necesitaría una dirección de correo para enviarte los datos que pueda conseguir, podés escribirme al mail que figura en el blog para no dejarlo aquí.

Y ánimo, a no bajar los brazos!!
Un beso desde Baires!
D.