Los hay bien a la vista y conocidos por todos; el de la “Torre de los Ingleses” en Retiro, el ubicado sobre el edificio del Banco Itaú (ex Fiat, en la Av. 9 de Julio), moderno, rojo y luminoso que, además, informa la temperatura, al igual que el del “Edificio del Plata” que pertenece al Gobierno de la Ciudad, (ex Mercado del Plata, también en Av. 9 de Julio)…
Pero, también, existen otros que pasan inadvertidos… Veamos :
En la Iglesia del Pilar, existe uno que data de 1866, es de origen inglés, (fabricado por Thomas Windmill, Londres) y tiene la esfera adherida a una bola de cemento.
Su dispositivo cuenta con un péndulo de 2 mts., contrapesas de plomo de 10 kgs. cada una y un mecanismo de cuerda hecho con sogas comunes, que se cambian con el desgaste.
En Plaza Lavalle, sobre la calle Talcahuano, se ubicó hacia 1937, un reloj de sol construido en los Talleres Hidrográficos de la Marina.
Colocado en un pedestal y rodeado por una baranda de bronce, permitía saber la hora por la incidencia de una sombra sobre un cuadrante en el que estaban marcadas unas líneas denominadas “horarias”.
Sobre la fachada de Av. De Mayo, el “Palacio de Gobierno de la Ciudad”, luce un reloj ubicado en una torre cuadrada coronada por una cúpula.
El “Palacio de la Legislatura del Gobierno de la Ciudad”, que data de 1931, exhibe su torre de 97 mts, de forma octogonal con cúpula de bronce y en ella, un reloj cuyos cuadrantes miden 4,5 mts de diámetro por lado. Esta máquina controla otros 80 relojes internos.
Cabe mencionar las 5 campanas que se destacan, bautizadas “La Argentina”, “La Porteña”, “La Santa María”, “La Pinta” y “La Niña” y el carillón, de origen alemán, conformado por 30 campanas con pesos que oscilan entre las 4 tn y los 40 kgs.
Otro maravilloso reloj se encuentra en la parte superior del Edificio del ANses (Av. Rivadavia 1745) y data de 1926.
Inspirado en la Torre del Reloj de Venecia (1496), fue fabricado en Turín, Italia. Sus dos gigantescas figuras de bronce se ven dispuestas a golpear la colosal campana de 4 tn del reloj. El aparato tiene su clave en una pesa de quinientos kilos que atraviesa el edificio hasta el sótano por un pozo de aire especial.
El Edificio Transradio, sede de la entonces importante compañía, diseñado por el Arq. Alejandro Christophersen, tiene un curioso reloj que indicaba, además de la hora, las cuatro estaciones y los signos astrológicos junto a los correspondientes meses del año.
A pocos pasos de la esquina de Av. Corrientes y Uruguay, un reloj colocado sobre una columna de hierro fundido, realizada en los Talleres de Vasena e Hijos, tradicional fundición que se ubicaba en Parque Patricios, pintado de verde, parece ajeno al entorno.
Resabios de otra época, algunos siguen marcando el tiempo en la ciudad, mientras otros, detenidos en una hora, señalan un momento eterno, pasado, pero seguramente vivido con la misma intensidad y el vértigo de la Buenos Aires actual.
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