- Porque esta ciudad, como todas las ciudades, no dice su pasado pero lo contiene como las líneas de una mano -

agosto 31, 2009

MIRANDO BAJO TIERRA

Subterráneos de la ciudad



Buenos Aires fue una de las primeras urbes del mundo que tuvo este sistema de transporte público de pasajeros; su primera línea de "Subte" (Metro) data de 1913.







La red actual se compone de seis líneas, cuatro radiales y dos transversales, identificadas con letras y colores, que se extienden por buena parte de la ciudad y que permiten acceder, en pocos minutos, a distintos puntos de la misma como así también a las principales estaciones del ferrocarril, lo que facilita el desplazamiento y transbordo de pasajeros de un extremo a otro.







Identificados con letras, al primer ramal le corresponde la "A".
Parte desde la estación "Plaza de Mayo", en las cercanías de la misma y corriendo bajo Avda. de Mayo primero y Avda. Rivadavia después, llega hoy hasta la estación "Carabobo" en el barrio de Flores (el plan de obras contempla extenderlo hasta Avda. Nazca).



Historia


La "A" es la línea más antigua; ubicó a Buenos Aires entre las primeras 11 ciudades, a nivel mundial, que contaron con este novedoso medio de transporte y como la primera de Latinoamérica en implementar este servicio.

El proyecto se inició en 1911 y, luego de 26 meses de obras a "cielo abierto", se inauguró el 1º de Diciembre de 1913, transportando en su viaje inicial al entonces presidente de la república Don Roque Sáenz Peña, autoridades e invitados.
Se abrió al público el día 2 y, a lo largo de la jornada, fueron 150.000 pasajeros ,entre damas, caballeros y niños, los que se aventuraron por primera vez a recorrer las entrañas de la ciudad.

Partiendo de "Plaza de Mayo" y hasta "Plaza Once" (también conocida como "Miserere"), el servicio fue dotado con detalles de seguridad, categoría y confort que lo igualaban con los mejores sistemas del mundo.









Sus 14 estaciones originales, iluminadas con tulipas de vidrio, poseían las paredes revestidas en azulejos blancos decorados con frisos de diversos colores. Esto permitía que la población, principalmente la que no sabía leer, pudiera asociarlos con las distintas paradas: las cabeceras eran celestes (color que aún conserva) mientras que las intermedias, por ejemplo, "Piedras", era verde y "Perú", crema.







La línea contaba, además, con un moderno sistema de ventilación natural y con escaleras cuyos escalones estaban realizados de un solo bloque granítico.




Antiguas Publicidades





Los coches utilizados, "Brugeoise", fueron adquiridos a una fábrica de Brujas (Bélgica).
Cada tren estaba compuesto por 6 vagones de 16 mts. de largo y unas 30 tns. de peso. Con puertas corredizas, asientos de madera, profusa iluminación y una velocidad de 45 km/h transportaban unos 17.000 pasajeros por hora.




Interior de los coches




Recientemente, estas verdaderas reliquias que funcionaron por casi 90 años, fueron reemplazados por unos más modernos, de acuerdo al proyecto de prolongación y mejoramiento de la línea "A" en particular y del subterráneo en general.







Curiosidades:


* La tierra extraída con la excavación de esta obra sirvió para rellenar el bañado de Flores.

* Durante los trabajos de construcción de otros ramales se hallaron diversos restos arqueológicos; en 1930, bajo Avda. Corrientes, línea "B", se descubrieron restos de mamut, mastodonte y también de un gliptodonte que se expone en la estación "Tronador"; en la estación "Juramento" de la línea "D" se exhibe lo hallado durante la prolongación de la misma.

* Se viajaba mediante boletos que revisaban los guardias antes de ingresar al andén y que debían devolverse al salir.
Más tarde, en otras líneas, se instaló un sistema de molinetes que operaban con monedas de 10 centavos y luego con cospeles.
Desde el 2001 funcionan con tarjetas magnéticas.




Cospel



* El tramo inicial de la línea "A" (Plaza de Mayo-Plaza Once) así como las estaciones originales de las "C", "D" y "E", fueron declaradas Monumento Histórico Nacional en 1997.

* En la década del '80 se refaccionó la estación "Perú": se colocaron dos boleterías de hierro fundido, dos farolas de columna, pantalla de hierro y bomba incandescente y dos bancos del mismo material y madera, recreando el aspecto que tenía a principios de siglo.
En los nichos de las paredes se ubicaron antiguas publicidades de revistas como "Caras y Caretas" y "El Hogar".
En el 2007, dando paso a la modernización, la ambientación fue desmantelada.

* Los "Brugeoise" eran tan livianos que, para evitar que resbalaran sobre las vías, tenían el piso de cemento.
La estructura de madera de las uniones del techo y del piso de los vagones era flexible para permitir que tanto las paredes como el techo, en una curva pronunciada y tomada a velocidad, no se quebraran.

* La red de subterráneos cuenta con lo que se denominan "Estaciones Culturales".
Diseñadas como ámbitos para la preservación y difusión del patrimonio histórico y cultural de la ciudad, buscan acercarlo a los usuarios, presentando pequeñas exposiciones itinerantes así como distintas actividades.

* También se destaca la colección de murales que se ubican en las paredes de varios de sus túneles; por ejemplo, en la línea "C", en la estación "Diagonal Norte" pueden verse murales cerámicos con algunos paisajes de ciudades españolas (Burgos, Toledo, Madrid, Ávila, etc.) y en la estación "San Juan", los escudos heráldicos de las ciudades de Badajoz y León.
En la línea "B", la estación "Avenida de los Incas", exhibe murales relacionados con las culturas precolombinas.

* La línea "A", antigua y misteriosa, ha dado origen a ciertas historias.
Posee dos estaciones cerradas en las que el tren no se detiene. Cuentan que, al atravesarlas, se apagan las luces y pueden divisarse pasajeros vestidos de época, aguardando en los andenes abandonados.
Otra leyenda urbana argumenta que si se viaja en el último subte, el de las 23.30 hrs, al pasar por la fantasmal estación, se distinguen las figuras de dos obreros con sus palas, sentados en un banco, devolviéndole la mirada a todos aquellos que los descubren hasta que el tren pasa y se pierde en la oscuridad. Son los espíritus de dos trabajadores que, fallecidos durante un derrumbe, quedaron atrapados en la obra a medio construir.