- Porque esta ciudad, como todas las ciudades, no dice su pasado pero lo contiene como las líneas de una mano -

septiembre 06, 2010

UNA MIRADA CINCO ESTRELLAS

Plaza Hotel









Situado en la esquina de las calles Florida y Marcelo T. de Alvear, este elegante edificio que hoy forma parte de la cadena "Marriott", mantiene el aristocrático aire que hizo de él, uno de los hoteles más tradicionales de la ciudad.









Historia


A principios del siglo XX, el Barrio de Retiro y los alrededores de Plaza San Martín, se encontraban bastante alejados de lo que se consideraba la "vida social" de la ciudad; esta transcurría más hacia Avda. de Mayo y el centro.

Sin embargo, Don Ernesto Tornquist, inteligente hombre de negocios y uno de los más ricos y poderosos miembros de la élite porteña, tuvo la idea de dotar a esa zona con un hotel de lujo.









Diseñado para estar a la altura de los que existían en otras capitales, el "Plaza" fue pensado para alojar a la nueva burguesía, nacional o extranjera, que acostumbraba a disfrutar de las comodidades del "Ritz" de París o del "Carlton" de Londres.

Para este emprendimiento, Don Ernesto, adquirió el terreno que se encontraba frente a su propio palacio y contrató al arquitecto alemán Alfred Zucker, para llevar a cabo el proyecto.
El mismo se terminó en dos años y se inauguró el 15 de julio de 1909.



Descripción


De estilo ecléctico, combina el gusto de la época con elementos del academicismo. Armado sobre una base de hierro de 60 mts de alto, sus nueve pisos, lo ubicaron entre los edificios más altos de la ciudad.









Originalmente, sus dos cuerpos se proyectaron paralelos a la Calle Florida, pero un pedido de Don Tornquist, motivó que se construyeran perpendiculares y que la edificación resultara algo alejada de la línea municipal.









De aspecto un tanto severo, los grandes ventanales que corren horizontales en el basamento, contrastan con el ritmo ascendente que le impone las hileras de "bay windows" y que acentúan su verticalidad.





Vista desde el pasaje
"Corina Kavanagh"



Detalle de las "Bay Windows"



El interior fue diseñado y decorado con sumo lujo y contó con el equipamiento más moderno de la época: habitaciones con agua caliente y calefacción, un sistema de tubos neumáticos para comunicaciones internas, "ropero americano" (un placard con iluminación interior automática), teléfono (con línea directa a Rosario, en ese momento, una de las más importantes ciudades del interior) y "escalera ascensor" (escalera mecánica).

También ofrecía servicios de peluquería, sastrería, lavandería y hasta poseía talleres propios que le permitían auto-abastecerse en materia de ebanistería, tapicería, cortinados, etc.





Vista Hotel en sus comienzos




A lo largo de sus 100 años, el edificio fue modificado. En 1913, el ingeniero Juan Molina Civit y el arquitecto Joseph Giré llevaron adelante una de las remodelaciones: sobre la esquina levantaron un anexo, hoy ocupado por un local en Planta Baja y el Salón Colonial en Planta Alta, y realizaron la entrada de vehículos.



Vista de la ochava en 1913.
Se observa la ampliación y las esculturas decorativas
que luego desaparecieron




Hacia 1933, una redecoración más Art-Decó, suprimió las esculturas exteriores y algunas de las pinturas de paneles y artesonados fueron cubiertas; se dió lugar a puertas de hierro y bronce, detalles cromados, espejos en tonos negros y rosados, lineas rectas y nuevas pinturas a cargo del artista Jorge Soto Acebal.




Detalle de las puertas




En la década del '40 se amplió el número de habitaciones y se mejoraron los servicios; para el Campeonato Mundial de 1978, se volvió a aumentar la capacidad y se modernizaron sus instalaciones bajo la dirección de los arquitectos Clorindo Testa y Héctor Lacarra.

En la actualidad cuenta con 325 habitaciones y, desde 1994, es administrado por el grupo hotelero internacional "Marriott".




Curiosidades


* Al igual que le sucedió a su vecino Don José C. Paz con su palacio, Don Ernesto Tornquist falleció antes de ver inaugurado su hotel.

* La empresa quedó a cargo de su hijo, Don Carlos Alfredo Tornquist quién, para dar a conocer el lugar y favorecer el encuentro y las posibilidades de negocios entre los miembros de la alta sociedad, organizaba bailes, recepciones y banquetes semanales, como así también tés y partidas de bridge.

* Se lo considera el "Primer Hotel de Lujo de Sudamérica" y, hasta los años '20, fue también utilizado por el gobierno para eventos oficiales y agasajos a delegados y a visitantes ilustres.

* De sus palaciegos interiores, el único que se ha mantenido y guarda su decoración original es "El Grill". El restaurant conserva en las paredes el revestimiento de mosaicos holandeses de Delft, un hogar Tudor y un sistema de ventilación de ambientes por medio de abanicos de Pakkah (hoy Paquistán) que dicen, en su momento, funcionaban como un incipiente "aire acondicionado".

* Cantidad de huéspedes famosos se alojaron en el "Plaza", entre ellos se cuentan el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía de España, el Sha de Persia y su esposa Farah Diba, Franklin D. Roosvelt, Arturo Toscanini, Enrico Caruso, Louis Armstrong, Edith Piaf, Catherine Deneuve, Alain Delon, Maria Callas, Joan Crawford, Walt Disney, Luciano Pavarotti y tantos más.

* Cuando, en 1964, el General Charles de Gaulle visitó la Argentina y se hospedó en el hotel, hubo que construirle una cama a medida.
Dada la altura del primer mandatario francés, aproximadamente 2 mts, no cabía en ninguna de las existentes.
Años más tarde fue utilizada nuevamente, esta vez por el actor Rock Hudson quien poseía una altura similar.

* Cuentan que, durante un ensayo en su habitación, el tenor Enrico Caruso produjo la rotura del espejo del baño con la potencia de su voz.




Otra vista de la esquina.
El edificio de la derecha es la residencia Tornquist,
en cuya pequeña torre se hallaba el cuarto de bordar.



* La modificación del proyecto original solicitada por Don Ernesto Tornquist tiene su origen en un pedido que le hiciera su esposa, Doña Rosa Altgelt.

Es que la familia vivía justo frente al sitio que ocuparía el edificio y, Doña Rosa, que acostumbraba a bordar en el altillo que poseía la vivienda y que daba sobre la esquina, no quería perder la luz natural que tenía su habitación de costura.






Poco conocida imagen que muestra su desaparecida cúpula.
(Desconozco la fecha, pero supongo que es cercana al año de la inauguración)
Foto gentileza de Ale Machado







9 comentarios:

AKIAR - EXPONE dijo...

Una mirada muy muy interesante... como siempre ;) Saludos!

Juan C Araya dijo...

Diana
como siempre es un placer llegar hasta tu casa, esto es lo que disfruto de tu país, el gusto por el culto a lo antíguo, siempre aprendo algo con cada entrada,acá se cuentan historias parecidas sobre la visita de Charles de Gaulle, ojalá no pierdan este estilo, aunque ví con preocupación una gran revolución arquitectónica frente a Puerto Madero, así empezó acá donde cada metro cuadrado vale oro, ante eso que puede importar una construcción de mas de 50 años, ojalá no cambien.
Un abrazo y hasta la próxima tuya o mía
JC

DG dijo...

Hola Akiar!

Gracias por la visita!
Una alegría que vuelvas al cyber-espacio!
Besos
D.

DG dijo...

Hola JC!

Como siempre un gusto que des una mirada a Buenos Aires!

No creas que es mucho lo que perdura del pasado. Como bien dices, el negocio inmobiliario puede más que la historia y el valor patrimonial.

Es mucho lo que se pierde a diario y poco lo que se puede hacer...

En fin, al menos, algo queda!
Beso enorme!
D.

Teresa dijo...

Hola, aunque no escriba te sigo cada entrada, preparándome para mi viaje, no sabes lo bien que voy a quedar con los amigos contándoles perlas de cada edificio de Buenos Aires jejeje.
Un abrazo
Teresa

DG dijo...

Hola Teresa!

Me alegra que sigas "aprendiendo" sobre Buenos Aires.
No será nada extraño que sepas más de ella que cualquier porteño, tanto así quieres a esta ciudad!

Avísame cuando cruces el charco, para lo que pueda ayudarte, estoy a las ordenes! ;)

Gracias por pasar a mirar!
Un beso
D.

Anónimo dijo...
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Melanie dijo...

Los hoteles en buenos aires son un lujo cuasi único en sudamérica.
Me imagino a principio del siglo pasado cuando el resto de américa latina tenía escaso progreso lo que debe haber sido el contraste entre esta ciudad y el resto.
No por nada pasarían a denominarnos la París de Sudamérica.
Saludos

Anónimo dijo...

De casualidad me encuentro con el Blog y la nota del Plaza. Soy tataranieto de Ernesto Tornquist, fui durante 10 años, miembro del Directorio del Hotel. En los 30 años que mi madre fue gerente, aprendí y me enseñaron a querer este hotel, tanto como quienes lo fundaron. Tengo 46 años y hace casi 25 años que recolecto la historia de la familia Tornquist, sus empresas y especialmente de mi querido Plaza. Es la primera vez, (y juro que es cierto), que veo escrito un articulo sin macaneos y tan ajustado a la realidad, como la verdad misma. Muchísimas gracias. Horacio H. Randle