- Porque esta ciudad, como todas las ciudades, no dice su pasado pero lo contiene como las líneas de una mano -

marzo 05, 2010

UNA MIRADA NATURAL

Museo Argentino de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia"





Avda. Ángel Gallardo 470



Lindando con el "Parque Centenario" y ocupando, apenas, la tercera parte del proyecto original, se levanta este edificio encargado de albergar, preservar y difundir parte de la historia natural argentina.

Inaugurada en 1937, la obra fue llevada a cabo por el entonces "Ministerio de Obras Públicas", a cargo del Ing. Sebastián Ghigliazza, siendo uno de los pocos museos que cuenta con un espacio diseñado para su función específica, ya que fue concebido de acuerdo a los modernos conceptos europeos de la época para la construcción de museos de ciencia.






Historia


Nace a instancias de Don Bernardino Rivadavia quién, en 1812, sugirió a las autoridades que invitaran a las provincias a reunir material para conformar un Museo dedicado a la Historia Natural en la ciudad de Buenos Aires.
Casi diez años más tarde, esta iniciativa se concretó mediante una resolución firmada por el que, por esos años, había llegado a ser ministro de gobierno, Don Rivadavia.

En principio, los objetos se alojaron, en algunas celdas del Convento de Santo Domingo, luego pasaron a la calle Perú, a un solar de la Universidad de Buenos Aires en la "Manzana de las Luces" y más tarde, a otras dependencias ubicadas en las cercanías de la Plazoleta Montserrat.




Detalles





En 1925 se colocó la piedra fundamental de la actual construcción y, cuatro años más tarde, se inauguró la primera sección del edificio que, finalizado en 1937, fue ocupado en su totalidad.




Diseño de cactus sobre la puerta



La institución cuenta con salas destinados a diversos temas tales como: Geología, Paleontología, Ictiología, Malacología, etc.; también hay sectores sobre artrópodos, mamíferos, reptiles, anfibios, plantas y un área dedicada al territorio Antártico.















Al interés de sus muestras, se le agrega el atractivo de su arquitectura y de sus ornamentaciones que merecen una mirada aparte.

Desde el exterior se destacan los búhos (símbolo de la sabiduría) que, desde las ventanas del primer piso, reciben a los visitantes, así como las arañas de bronce en su tela, que se ubican en las puertas de hierro forjado que señalan la entrada. Este motivo se repite en las rejillas de ventilación.
Otras puertas presentan motivos vegetales o cabezas de animales.

En su interior, con cierto estilo art-decó, motivos geométricos en ventanas y pisos, se combinan con elementos decorativos naturales en las paredes y tímpanos de las puertas: curiosos relieves con ejemplos de la fauna autóctona (pumas, monos, perezosos, etc.) señalan el acceso a algunas salas, mientras pequeños murciélagos se ubican en las ménsulas del techo.




Relieves





Ménsula-Murciélago



La amplia escalera posee una balaustrada de hierro forjado cuyo diseño reproduce, estilizadamente, la figura de un caracol de tierra.



















Curiosidades


* El patrimonio del museo incluye la colección del Don Florentino Ameghino, formada por unas 28.000 piezas.

* Don Ameghino, el primer paleontólogo argentino reconocido a nivel mundial, supo pasar épocas de penurias económicas: en 1883 tuvo que vender 70 piezas de su colección que fueron adquiridas por Karl Von Zittel (renombrado paleontólogo alemán) y destinadas al Museo de Munich y en 1895, se desprendió de una colección de fósiles de ave de 380 piezas que fueron al Museo Británico.

* También, para solventar los gastos, abrió una pequeña librería y papelería.
Ubicada primero en Paso y Rincón y luego trasladada a Avda. Rivadavia, entre Pasteur y Azcuénaga, el sabio atendía la "Librería El Glyptodon" mientras, en los fondos, continuaba con sus investigaciones.

* Apasionado de su trabajo e incansable en sus investigaciones, con el apoyo por su hermano Carlos, Florentino logró trascendencia internacional, y lo hizo solo con su esfuerzo, su tesón y, mayormente, en la pobreza y la indigencia.

* Con la federalización de Buenos Aires, se nacionalizó el Museo, con lo cual la provincia creó el "Museo de Ciencias Naturales de La Plata" con las colecciones pertenecientes a Don Francisco P. Moreno.

* La "P" de Moreno, correspondía a su segundo nombre, Pascasio, y no al apodo de "Perito", título que se debió a su labor en el trazado de los límites entre nuestra Patagonia y Chile.

* Dentro de los muchos investigadores que pasaron por esta institución, se encuentra Don Eduardo Ladislao Holmberg, quién fue director del Jardín Zoológico y que, además, se dedicó al estudio de los arácnidos, siendo pionero en nuestro país en dicha materia.






* En 1947 las secciones de Arqueología, Etnografía y Antropología se transfirieron al ámbito de la Universidad de Buenos Aires y pasaron a formar parte del "Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti".







* El MACN posee un "Microscopio Electrónico de Barrido" (sirven para el análisis morfológico de muestras orgánicas e inorgánicas) que puede ser utilizado, mediante pago de un arancel, tanto por instituciones públicas como privadas.

* Existe un proyecto de ampliación, la construcción de un moderno edificio destinado a mejorar las condiciones de preservación y de trabajo de los investigadores.
La obra (dos subsuelos, planta baja, entrepiso y seis niveles) se ubicaría en un predio del "Parque Centenario" destinado a tal fin y contemplaría la conservación de la mayor parte de la vegetación existente.



4 comentarios:

Unknown dijo...

lo conozco y me fascinó!!
claro que no pude recorrerlo todo en una sola visita...

gracias por difundirlo,es necesario que todos lo conozcan..

un abrazo y buen finde,reina

DG dijo...

Hola Adrisol!

Como siempre gracias por tus palabras!
Qué bueno que lo visitaste y, si te faltó por recorrer, puedes volver ahora para darle otra mirada!!

Un beso enorme y buen finde para vos también!!

OPin dijo...

Una belleza tu Blog, realmente me encanta.
Una cosa que siempre me ha molestado es que las escuelas privadas organizan visitas guiadas a fábricas como Bimbo u otras similares y han dejado de llevar a los alumnos a los museos de la ciudad.
Siento una verdadera mezcla entre pena y vergüenza ajena.
Un abrazo

DG dijo...

Hola Opin!

Muchas gracias por tu visita y tu comentario.

Si, tenes razón, es triste que no hagan visitas a los museos.

Recorrer una fábrica puede ser interesante, pero mostrarles lo que guardan nuestros museos sería una manera de que aprendan a apreciar y proteger nuestro patrimonio y nuestra historia.
Pero bue... así están las cosas!

Un beso